miércoles, 21 de agosto de 2013

HACIA LA INCLUSION DE LA EDUCACION ESPECIAL EN ESCUELAS REGULARES

ampliar las oportunidades educativas para reducir desigualdades entre grupos sociales… cerrar brechas e impulsar la equidad. Una mayor igualdad de oportunidades educativas  para personas con necesidades educativas especiales.” PROGRAMA SECTORIAL 2007-2012

Nuestro país asumió el compromiso de incorporarse al movimiento internacional encaminado a lograr la integración educativa del alumno con discapacidad y a partir de 1992 se intensificaron los esfuerzos conducentes en este sentido. Algunos avances se manifiestan en las iniciativas que intentan traducir las intenciones en acciones concretas, particularmente la creación de las USAER (Unidades de Apoyo a la Educación Regular) y los programas de sensibilización al cambio; uno de ellos es el Programas Nacional de Fortalecimiento a la educación Especial y de la Integración Educativa  (PNFEEIE). No obstante, debe reconocerse que todo cambio es gradual y que las acciones concretas se insertan en la práctica cotidiana, en donde todavía hay mucho por hacer.  En diversas regiones del país se manifiesta una legítima preocupación en el sentido de la falta de claridad en las funciones de los maestros de apoyo. La integración implica un trabajo colaborativo entre maestros de aula y maestros y equipos de apoyo. En este nivel, los logros son muy incipientes.  Pareciera que el problema mayor de la integración se relaciona con condiciones subjetivas tales como las actitudes de los profesores. Es decir, al abandonar conceptos como normalidad y anormalidad, ¿qué nos puede decir con respecto a las prácticas docentes? ¿Cuál ha sido la respuesta de los profesores regulares hacia la integración? ¿Cuáles son las principales dificultades en este aspecto y cómo se prevé que se solucionarán? Ciertamente el movimiento de integración parte del supuesto de que la educación especial deja de ser un subsistema independiente y se asume como un apoyo directo a la educación básica. En consecuencia, desaparecen los territorios independientes de la educación regular y de la educación especial, así como las funciones separadas de los docentes involucrados. La práctica de canalizar al niño a servicios de educación especial deja de ser la opción para el maestro de aula. Por otro lado la práctica terapéutica independiente de las exigencias curriculares también deja de ser la opción para los maestros de apoyo. Ante este escenario, es evidente que existan resistencias al cambio y a la sensibilidad,  pero no solamente de los profesores de aula. También las hay en los equipos de apoyo. Esto es debido a que no ha penetrado el mensaje básico de la integración educativa; la forma de lograrla no es concebir a la integración como la inserción del niño a un espacio educativo, sino de integrar los esfuerzos de los actores principales que son los docentes (de aula y de apoyo). El problema básico es que se exige una redefinición de la labor del maestro de aula así como del maestro de apoyo. Se exige también que ambos asuman una responsabilidad compartida. En este mismo orden de ideas, la necesidad básica estriba en el logro de metas comunes entre ambos grupos de referencia y, sobre esta base, la derivación de métodos comunes de enseñanza y evaluación teniendo como eje el currículum de educación básica.
Dentro del tema de la integración se habla de otro concepto, el de inclusión, el cual se refiere a que el educando permanezca en el aula regular durante todas las oportunidades de instrucción. En estricto sentido, las ventajas o desventajas de la inclusión total dependen de la disponibilidad de recursos (físicos, humanos y técnicos) por parte de la institución escolar que la implanta. La sociedad debido a sus constantes transformaciones, plantea nuevos y distintos retos que la remecen y frente a ellos la educación se constituye en un soporte fundamental para su desarrollo continuo, integral, superando así las barreras de la equidad y de la exclusión. Entonces apostar por la equidad implica la necesidad de garantizar desde la escuela una respuesta educativa pertinente para todos los estudiantes. En el contexto Nacional – y la aun no muy valorada- diversidad, se demanda una educación equitativa, y con ello  de manera urgente la preparación de un potencial humano, que propicie un respeto a situaciones donde la diversidad está presente; en este caso: discapacitados, niños trabajadores, entre otros.
        “Educación para personas con necesidades especiales” es una expresión que ha sido acuñada para definir aquellos alumnos y alumnas que no entran dentro del modelo estandarizado, para el cual los maestros del nivel básico no han sido formados. Esta situación es grave si se tiene en cuenta que los maestros se forman para atender a niños y jóvenes que viven en una sociedad globalizada, en donde se marcan ciertos estándares educativos pensados desde una educación por competencias dentro de la normatividad, pero la que quizá sea la situación  mas grave del tema reside en que la mayor parte de los alumnos que están a cargo de estos docentes se encuentran en una situación de exclusión social, con lo cual es difícil que puedan cumplir con las expectativas que el sistema educativo formal y las exigencias a nivel nacional e internacional demandan.
          
         Las necesidades educativas de estos niños y jóvenes, son especiales en cuanto a su definición porque contempla solo aquellos alumnos que presentan alguna particularidad física que generalmente tiene relación con la falta: audición, de visión, la falta de habilidades mentales y de habilidades motoras, medidas a partir de un modelo de normalidad.       Conociendo este contexto se ha avanzado en la inclusión de la educación especial dentro del sistema Regular; consideramos pertinente conocer estos  discursos políticos para contrastarlos  con las realidades concretas que se presentan en torno a este tipo de educación. Pero, ¿de que nos sirve que haya políticas sobre la educación especial, dentro del sistema regular? ¿Es pertinente que la educación especial se incluya en el sistema regular? Lo relevante de esta problemática educativa es que se han hecho propuestas para una mejor equidad e igualdad para los grupos vulnerables y ciertamente  hay una preocupación; ya que por desgracia en nuestro país hace falta una cultura del respeto hacia estas personas; con mayor razón dentro de la escuela. Este interés  pretende mejorar sus oportunidades de integración en la  vida laboral  así mismo fortalecer y ampliar sus relaciones sociales, lo cual, nos permita una mejor convivencia y apoyo hacia ellos.
          

        Por lo que es   necesario dar prioridad  a la capacitación continua y obligatoria del cuerpo docente. Esto deberá incluir a los directivos para que los conozcan y se sensibilicen, pero sobre todo que asuman el gran compromiso que tienen  en esta labor educativa, y se puedan vencer los obstáculos y barreras burocráticas que impiden la aceptación de esta población en las aulas de educación regular. Si se garantizara este tipo de capacitación  también se podría garantizar la calidad que los centros educativos ofrecen a toda la población en general. Si se compromete a que el cupo de los grupos sea en cantidades razonables que tengan como factor principal el suficiente espacio para la movilización de los discapacitados motores, se podría hablar que se contarían con grupos reducidos, lo que incrementaría también la calidad de la atención brindada por los maestros. De igual manera establecer convenios con empresas para el diseño de materiales pedagógicos que pueden resultar económicos y mejorar la calidad educativa de los centros; con el fin de que los niños tengan un apoyo  para comprender mejor los temas que  se vean durante el ciclo escolar. Un soporte importante es la participación activa de  padres de familia que brindaran confianza a sus hijos, que se implementara talleres para padres de familia en general, donde aprendamos del otro y dar una mejor intervención. Estrategias didácticas: materiales y recursos de acuerdo a la especificación de la necesidad educativa; con los cuales, los profesores tengan otras herramientas al apoyo educativo.
Sanciones reales a quienes obstaculicen la integración escolar, se espera que busquen garantizar la igualdad de los derechos y que acabe  la corrupción dentro del sistema educativo; pese  a que suene utópico. Por último la creación de nueva curricula educativa en base a la educación especial, donde se incluya todos los niños desde una perspectiva pedagógica, pese a que se hable tanto de ello, haya programas, falta conocer las acciones si se llevan a cabo o no; afrontando nuestro compromiso como sociedad. Es necesario que profundicen en las bondades de la integración, pero también que realicen una reflexión profunda acerca de sus limitaciones. Para ello, es que no debe adjudicársele a la integración el carácter de solución óptima o única. Sin embargo, dadas las experiencias negativas con otros modelos que han segregado a esta población, me parece que las iniciativas de integración merecen la oportunidad de ser probadas. La última palabra la darán  las acciones que se den dentro del aula. Esto lleva a pensar a todos los actores sociales para dar una mejor respuesta a la inclusión de la educación especial dentro de la educación regular.
BIBLIOGRAFIA
MARTINEZ HERNANDEZ ANDRES, LA INTEGRACIÓN ESCOLAR: UNA PROPUESTA DESDE LA MOTRICIDAD PARA LA INTEGRACIÓN DE ALUMNOS Y ALUMNAS CON ALTERACIONES MOTORAS. TESIS , IZTACALA UNAM, MEXICO (2008)
VERDUGO A. M. PERSONAS CON DISCAPACIDAD, PERSPECTIVAS PSICOPEDAGÓGICAS Y REHABILITADORAS, ED SIGLO XXI MADRID ESPAÑA 1995 PP. 1-17, 37-50.

PROGRAMAS SECTORIAL  DE EDUCACIÓN 2007-2012, MEXICO


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