viernes, 23 de agosto de 2013

EDUCACIÓN PARA LAS MUJERES

NÚÑEZ CHIRINO ALEJANDRA IVETTE


Una de las propuestas de la Comisión para poder responder ante las exigencias de un mundo globalizado, que conlleva desigualdades, violencia, discriminación y pobreza, es la educación; sin embargo, la educación para las mujeres se muestra como una propuesta trascendental para poder responder a las necesidades económicas y sociales que, al mismo tiempo, han obligado a estas a insertarse en el mundo laboral, educativo y cultural y político.
Para ello, la Comisión, basándose en la Conferencia de Beijing celebrada en 1995, ha propuesto asegurar la igualdad de acceso de la mujer a la educación, erradicar el analfabetismo femenino, mejorar el acceso de la mujer a la formación profesional, a la enseñanza científica y tecnológica y a la educación permanente. Todo ello, cobijado por la visión de que la educación de las mujeres es una de las inversiones del futuro más rentables, dado que las mujeres se han convertido en agentes económicos de primer orden.
Ahora bien, con ello, habría que hacer una reflexión respecto a si con sólo incluir a las mujeres en la educación pueden hacerse valer los derechos humanos y el verdadero empoderamiento de éstas y con ello contribuir de manera importante dentro de la sociedad, que es el objetivo de la Comisión.
Resulta que,  a pesar de que la inclusión de las mujeres en los diferentes niveles educativos ha aumentado a través de los años[1], eso no significa que los roles de género se hayan modificado considerablemente y que las condiciones de vida de las mujeres sea radicalmente diferente, aunado a que, el que ahora sí se consideren los derechos humanos de las mujeres y que estas se hagan visibles en la sociedad, está en función de su aportación económica en la sociedad, anulando que como seres humanos, el respeto, reconocimiento y derechos son inherentes (evidentemente, los roles de género tradicionales merman la contribución eficaz de hombres y mujeres dentro de la sociedad).
Sin embargo, han tenido que crearse diversas políticas que han obligado a las instituciones a considerar a las necesidades de las mujeres en sus diversas políticas. Así en el 2001 se estableció el Mecanismo Nacional para el adelanto de las mujeres, y se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, el cual tiene la responsabilidad de integrar la política sexenal de equidad, a través del Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (Proigualdad), que establece una plataforma de líneas básicas de acción y objetivos para garantizar los derechos humanos de las mujeres, la no discriminación, el acceso a la justicia y a la seguridad, así como fortalecer las capacidades de las mujeres para potenciar su agencia económica a favor de mayores oportunidades para su bienestar y desarrollo.

Este aspecto se consideró debido a que se reconoció la persistencia de la discriminación contra las mujeres y la violación contra sus derechos. Con el fin de erradicar dichos problemas, en la Conferencia de Beijing se establecieron obligaciones y propuestas, tres de las cuales son: 1) Asegurar la igualdad de acceso a la educación. 2) Establecer sistemas de educación y capacitación no discriminatorios. 3) Eliminar la discriminación contra las niñas en educación y en la formación profesional.

A pesar de que es una buena propuesta, si se llevara a cabo de manera adecuada, sería funcional y propiciaría mejores condiciones para las mujeres. Sin embargo, al tratar de llevarlas a cabo, encontramosque la no discriminación contra las mujeres sólo se manifiesta como política, ya que en la práctica, aunque existan mejoras, aún se siguen presentando.

Sucede que, en las aulas se hace evidente el currículo oculto y aunque la comunidad escolar esté integrada por niños y niñas de manera proporcionada, los administrativos, docentes, etc., aún siguen haciendo distinciones entre mujeres y hombres de acuerdo al rol que se sabe son los correctos para cada uno. Ello va a llevar, en algunos casos, a separar a los hombres de las mujeres para realizar diversas actividades, o dirigirse de manera diferente –de acuerdo al sexo- tratando a las niñas de manera sensible –como se cree es correcto- y a los niños como protectores de las niñas. Estos son algunos ejemplos que propician cierta actitud y mentalidad en niños y niñas y que desencadenarán que los hombres sean superiores en diversos ámbitos dentro de la sociedad.

Esto sucede porque la mayoría de los docentes no está familiarizado y muchos menos capacitado y sensibilizado bajo una perspectiva de género, esto con el objetivo de cumplir eficazmente con la política educativa dirigida a las mujeres.

No ignorando la importancia de la familia y el entorno para el aprendizaje de cómo es una mujer y un hombre, la escuela y la educación en ella es de suma importancia, debido a que es uno de los agentes socializadores principales dentro del desarrollo del individuo. Por esta razón, como docentes o futuros docentes, deberíamos estar preparados para abordar dicha situación tomando con responsabilidad el papel de educadores.

            BIBLIOGRAFIA
ESPINOSA, A. (s.a.). La Construcción del género desde el ámbito educativo. UAM. Recuperado de http://goo.gl/Zmzgjj

INEGI (2011). Mujeres y Hombres en México 2011.

Delors, J. (1996). La Educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana





[1] De acuerdo al INEGI, Los datos sobre acceso al sistema educativo muestran avances considerables en todos los niveles; las brechas por sexo tienden a disminuir e incluso en algunos niveles es mayor la proporción de mujeres que de hombres que van a la escuela.

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